Conozco el pueblo desde que nací.
Es el pueblo en el que nacieron y vivieron mi madre y mis abuelos.
Desde que me acuerdo todos los fines de semana y todos los veranos íbamos a casa de mis abuelos.
El recuerdo que me viene a la mente es de un viernes lluvioso de invierno, llegado a su casa después de haber salido del cole. Mis padres nos cogían a mi hermano y a mi medio dormiditos y calientes de estar en el coche y enseguida mis abuelos salían con unas mantas, nos arropaban y nos sentaban encima de ellos cerca de la chimenea.
Cuando nos hicimos algo mayores, mis padres compraron otra casa en el pueblo.
El pueblo es Vilanova d’Alcolea.
La casa está justo delante de la iglesia y es de las más altas de la zona, pero ya empiezan a notarse los signos de la edad y mi madre quiere reformarla.
El regalo es para ella, para ella y para el pueblo.
Le regalo este proyecto a ella para que podamos crear tantos recuerdos en ella como en la de mi infancia y le regalo este proyecto al pueblo para devolverle esa esencia que poco a poco ha ido perdiendo.
Todas las casas del pueblo se construían con muros portantes de piedra “a dos paños” y luego se revestían. Ahora ya hay casas más nuevas o reformadas, pero esta sigue siendo una de esas.
Las fachadas tienen alguna grieta y nadie diría que están rectas. Los suelos tienen irregularidades y los techos parece que cuelguen, por no hablar del frio. Pero el pavimento del 1900, las arcadas que descubres cuando picas una pared y el imaginarnos como puede ser el pozo que hay bajo suelo han hecho que nos enamoremos de la casa.
Espero que le guste el regalo tanto como a mi me va a gustar hacerlo.
