Tras la primera investigación, vimos que debÃamos saber más sobre las viviendas de la calle Na Jordana y sobre el actual Convento del Carmen ya que son dos elementos muy cercanos que no habÃamos estudiado.
Las viviendas que encontramos en la calle Na Jordana responden a una parcelación unitaria diseñada en torno al 1850 sobre los terrenos de la huerta. Eran de uso residencial y agrÃcola, siendo ellas viviendas de promoción agrÃcola.
Son parcelas pasantes de unos 10 x 20 m con 3-4 alturas y fachadas que conforman una unidad espacial. Encontramos fachadas marcadas por una caja de escalera que da acceso a dos viviendas y otras con una única caja por vivienda. Además, las que dan a la calle de Na Jordana, se retranquean una crujÃa cuando llegamos a la última altura, dando mayor sensación de amplitud a la calle, a diferencia de lo que ocurre en la calle trasera de Huertos.
Como manzana, tiene una ocupación compacta y con la necesidad de espacio vital, las parcelas se alargan y estrechan, reduciendo su fachada y sus patios, llegando aquà a no aparecer. Esta parte del barrio del Carmen posee parcelas más aireadas e iguales y modestas que las que podemos encontrar más al Este y al Sur.
Se cree que el nombre de la calle viene por la dueña de un horno existente en la calle, conocida como Na Jordana, pues su marido se llamaba Jordà y era tÃpico de la época llamar a las mujeres con ese artÃculo como forma de cortesÃa.
A finales del siglo XVI se empiezan las obras de un monasterio para la Orden de las Carmelitas descalzas del Carmen en la plaza del Portal Nou, en su momento Portal de San José. El convento se termina en 1628 con iglesia, claustro, salas conventuales y jardÃn. A finales del s. XVIII se efectúa una reforma en la parte de la iglesia y en 1965 la zona conventual es derribada en parte por deterioro y en parte por los daños de la riada del 57, teniendo que levantar de nuevo esa zona y conservando sólo como original la iglesia. Más adelante sufrió varias tragedias como asaltos, incendios y otra riada.
En 2007 el número de monjas era tan bajo que la orden vende el convento para construir un hotel de lujo, llevándose con ellas todas las obras de arte de manera forzosa, por lo que interviene la Generalitat y la Justicia y se consigue que los azulejos arrancados permanezcan en el Museo de Bellas Artes de Valencia. La iglesia al final se ha convertido en un centro cultural y gastronómico con el nombre de Convent Carmen tras una reforma no agresiva pero sà peculiar y a la espera de la construcción de un hotel de lujo.
Desde el estudio de Francesc Rifé cuentan: “La actuación expresamente minimalista empieza por la iglesia, convertida en principal acceso, rótula y espacio polivalente. Una armadura metálica independiente reinterpreta la forma original de este edificio religioso del s. XVII, articulando un flujo de lÃneas contemporáneas y añadiendo una nueva dimensión al espacio renacentista. Diseñada como una escultura del siglo XXI, ha sido proyectada de forma totalmente independiente a los muros de la iglesia por motivos patrimoniales. La nueva estructura integra todos los elementos técnicos audiovisuales, además de un sistema de iluminación de colores. Su diseño actúa como un hilo conductor longitudinal y transversal, proyectado con diferentes secciones de perfilerÃa metálica, esmaltada en color negro. *** Este espacio se transforma ahora en un lugar privilegiado para músicos, conferenciantes y multitud de actores.“